lunes, 28 de octubre de 2013

Cordillera costero catalana


Unos 150 kilómetros de distancia con forma triangular.
Turó de lHome 1.712 metros de altura.
Forma una barrera montañosa extendida paralelamente a la costa que aísla la depresión del Ebro 
del Mediterráneo.

Las cordilleras costero-catalanas son un conjunto de macizos y sierras que se extienden durante más de 300 km a lo largo de la costa, desde la fosa del Maestrazgo hasta el Ampurdán. Tienen una dirección estructural NE-SO. Son mayoritariamente de origen alpino, como sucede en Collserola-Tibidabo, y las que se extienden entre Garraf y los Puertos de Beceite. También hay un sector paleozoico y herciniano, dominante al norte del río Llobregat. Este ámbito se extiende a través del macizo de Guillerías.
En el norte dominan los materiales metamórficos y al sur de este sector norte, junto al Llobregat los sedimentarios, y fundamentalmente, las calizas.
Al sur del Llobregat el macizo aparece recubierto por materiales mesozoicos y eocenos, salvo en ciertos sectores del Priorato. Es el ámbito plenamente alpino. Predominan las calizas plegadas, que pueden tener pliegues muy intensos, como en Beceite o muy suaves, como en Prades y Tivisa. El límite meridional de este conjunto enlaza con el Sistema Ibérico a través del Maestrazgo.
El contacto con el mar es muy variado, y va desde los acantilados de Garraf o la costa Brava, rampas detríticas o llanuras deltaicas, como en el Maresme o las desembocaduras del Llobregat y el Ebro. Se distinguen tres unidades, la cordillera interior o prelitoral, la cordillera litoral o de la marina y la depresión intermedia. La franja costera se extiende a lo largo de 699 km, desde el cabo de Creus, el cabo más oriental de la península ibérica, hasta las estribaciones meridionales de la sierra de Montsiá.
Los acantilados alcanzan su máximo desarrollo al norte del río Tordera, unidad de Gavarras y Bagur. El dominio acantilado predomina en el norte y llega hasta la misma Barcelona, con el promontorio de Montjuich. Al sur sólo aparecen acantilados ocasionalmente, como en el Garraf o en las inmediaciones de Hospitales del Infante y Salou.
La costa baja predomina en el sur. Las playas abiertas se reparten entre el Ampurdán y el Maresme, al norte y el campo de Tarragona al sur. Particularmente interesantes son las llanuras deltaicas, entre las que destacan las de los ríos Tordera, Besós, Llobregat y Ebro. El más grande es el delta del Ebro que tiene más de 320 km2 que ha ido creciendo hasta el siglo XX, cuando el crecimiento se ha detenido y han comenzado los procesos de desmantelamiento. También el Ter, el Fluviá y el Muga han formado llanuras litorales salpicadas de marismas, áreas pantanosas y zonas dunares.

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